El origen y propuesta de este laboratorio es hacer un puente entre el trabajo somático proveniente de técnicas y aproximaciones al movimiento en las que nos hemos formado: danza, topf, movimiento somático, body mind movement , danza butoh y el discurso escénico, en el que el performer se hace presente en su totalidad, de forma integral, con todos sus potenciales y vulnerabilidades.
En este intensivo profundizaremos en el trabajo corporal apoyando los procesos personales y/o profesionales de los participantes a través de herramientas somáticas y de creatividad escénicas.
En cuanto a la creación escénica, la intención es desarrollar una pieza donde los potenciales del participante sean manifestados. Se apoyará la muestra de un trabajo final que será expresado hacia el grupo, bajo los principios de restauración, soporte y florecimiento.
Pretendemos que este laboratorio se constituya como un espacio de creación y de nutrición para artistas escénicos, docentes, investigadores, ejecutantes, performers, artistas visuales, sonoros y artistas en general con intereses afines, dispuestos a experimentar un proceso creativo desde el cuerpo.
El Laboratorio Somático Escénico de la Cooperativa Nidopermita te invita a participar en el 8º Intensivo de Invierno, 2, 3 y 4 de enero 2015. En nuestra lista de asistentes tenemos a las coreógrafas y bailarinas Melanie Maar (NY-Austria), Cynthia Aguirre (Chihuahua), Linda Austin (Portland, EU), cuya presencia sin duda será enriquecedora.
Comienza el año con esta nutritiva experiencia.
Melanie
Maar Es coreógrafa, bailarina y maestra originaria
de Viena, Austria. Vive en Nueva York.
Regularmente da clases de Qi Gong en Movement Research. Daria Fain and Janet Panetta
han tenido una influencia
profunda en su manera de enseñar.. Desde 2008 en colaboración con el músico
Kenta Nagai, Maar ha desarrollado una práctica de performance basado en la
improvisación. Su última pieza “Our
other” fue estrenada en Danspace Project
en 2013. Ahora trabaja en la pieza 'ceremony us' . Como performer ha
trabajado con Luciana Achugar, Rose Anne Spradlin y Luis Lara Malvacias entre otros.
Cynthia Aguirre. 1984-1987 Sistema Nacional para
la Enseñanza Profesional de la Danza, del Instituto Nacional de las Bellas
Artes, 1987-1988 Escuela Nacional de
Artes de Danza Moderna y Folclórica en la Habana Cuba, Diplomado en Especialidad
en Creación Dancística por el Centro de investigación Coreográfica (CICO) del
Instituto Nacional de las Bellas Artes, 1997 fundadora de Danzarena A.C
legalmente constituidos para promoción,
difusión, capacitación, realización de proyectos artísticos y culturales en el
Estado de Chihuahua, coproductora de proyectos con Boris Díaz músico y
compositor cubano con obras como Orígenes estrenada en México y después en
Cuenca Ecuador. Realizadora de artículos para la revista Solar, del Instituto
Chihuahuense de la Cultura (ICHICULT).
Beneficiaria por el Fondo Nacional
para la Cultura y las Artes, programa de Estimulo a la Creación y el Desarrollo
Artístico David Alfaro Siqueiros en Chihuahua, 1997-1998, 1999-2000 y
2006-2007. Premio PACMYC 2001.
Experiencia docente en Proyectos de
intercambio cultural Internacional, con el Instituto Superior de Arte de la
Habana Cuba y la Universidad la Azuay en Cuenca Ecuador, con clases
magistrales, talleres y montajes corográficos.
Su amplia trayectoria artística, como intérprete y coreógrafa la llevaron a
España, Portugal, Francia, Suiza, Ecuador, Cuba, Colombia, E.U y parte del
territorio Mexicano, con obras de su autoría con títulos, Autorretrato //
Dossier. Mejor Desnudos// Dossier. Orígenes //Dossier. Pasos Mágicos (Obra
Infantil)//Dossier. Elegía en el Desierto (Por las muertas de Juárez)//
Dossier. Por mencionar algunos.
Importante su participación del
2009 al 2013 con ATRA BILIS España, dirección Angélica Liddell con La Casa de la Fuerza, en Festival Avignon Francia, Festival de Otoño Madrid,
Fundacao Caixa Geral de Depositos, Lisboa Portugal, Genêv Suiza, entre otros.
Gestora y promotora cultural
permanente, directora operativa y coordinadora del Diplomado en Creación
Escénica Danza-Teatro 2007-2010, Integrante de liderazgo artístico para
proyectos infantiles de Alas y Raíces en Chihuahua, Creadora y fundadora de
Escenario Espacio escénico para creadores. Directora de Estudio Ballet DAC en
Nuevo Casas Grandes Chihuahua (zona de importante transito fronterizo).
Linda Austin. Es cofundadora y directora de Performance Works
Northwest en Portland. Ha
hecho danza y performance desde 1983, con un fuerte elemento visual y música
original. Su proceso de trabajo explota
y explora los poderes y límites del cuerpo, sus debilidades y fortalezas, lo
delicado de lo accidental y la elegancia en una red de relaciones –íntmas,
lúdicas, confrontantes- con otros cuerpos, objetos, ambientes, sonido y media. Las
piezas resultantes altamente coreografiados y/o improvisadas son no lineales,
poéticas, usualmente espolvoreadas de humor, desplegando movimiento que
regularmente perturba lo que generalmente es considerado como danza.
CRÓNICA DEL
6o INTENSIVO DE INVIERNO CON ROBERT STEIJN Y EL LABORATORIO SOMATICO ESCENICO DE LA COOPERATIVA NIDOPERMITA
2,3,4 enero 2014
Por Edith Mendoza Pacheco
Personalmente, estos días son de una importancia única en el año, en mis ciclos. No sólo porque es mi cumpleaños, sino porque son días en los que siento la transición hacia un nuevo viaje.
Por lo anterior, haber experimentado este trabajo ha sido relevante en mi proceso, no sólo por los días, sino por el tipo de trabajo que realizan Robert, Laura y Majo.
En perspectiva ha sido una muerte oportuna; pero me gustaría explicar a qué me refiero con muerte, y cómo a pesar de no tener mis propios muertos siento que me tengo a mí misma muriendo para mí constantemente y cómo los que me rodean también mueren una y otra vez para mí; que morir nos permite estar vivos.
Ha sido toda una experiencia, desde no tener idea de en dónde se realizaría el trabajo. Quedar a una hora en la mañana para encontrarme con desconocidos y llegar al sitio donde pasaría los siguientes cuatro días. Recibir el desayuno, armar las carpas para dormir, organizarnos. Sentir esa amabilidad casi impersonal, ese amor desenfocado en los saludos, las palabras. Amor que sentiría día con día más enfocado en cada uno de nosotros, recibido y dado.
Así, pues, comenzamos con el trabajo de Laura. Recordar que puedo ser una ola de mar para permitirme estar con mi cuerpo y los otros cuerpos. Entrar en contacto con alguien y compactarnos, hasta sentir que no hay espacio entre nosotros. Encontrar nuestros centros.
Edith Mendoza Pacheco
Algo que llamó mucho mi atención fue cómo a pesar de permitir la incertidumbre, todo ocurría cuando tenía que ocurrir. Elegir al compañero de trabajo a la voluntad de una botella que gira, sintiendo que no elegíamos y, sin embargo, sabiendo que por alguna razón estábamos juntos.
Recuerdo haber estado con alguien. Lo digo así, porque creo que no podemos tener certezas de todo y porque la conciencia tiene muy diversos estados. A mí me sorprenden las experiencias que vivo cuando estoy a punto de dormir o cuando recién despierto. Robert nos dijo que nos haríamos un masaje, pero no un masaje convencional, que usaríamos todo nuestro cuerpo para mover el cuerpo del otro. Me gustó porque sentí que entonces estaríamos en totalidad integrándonos al proceso y movimiento del otro.
Ricardo comenzó a moverme, usando sus piernas, luego todo su cuerpo, jugó con mi ropa, metió mis dos pies en uno de mis calcetines, me deslizó por el piso, me cargó, comencé a sentir que todo el tiempo habíamos estado jugando y qué él me hacía volar como a una niña pequeña, me reí muchísimo. Robert dijo: “Traten a su compañero como a un niño, porque no hay nada que no les guste a los niños”. Entonces me sentí nuevamente sorprendida por la vida y me sentí muy feliz. Cuando yo moví a Ricardo, quise compartirle toda la diversión que yo había experimentado.
Recuerdo también los abrazos. Recuerdo tan bien los abrazos. Hace tiempo que procuro trabajar con los abrazos, porque creo que transforman el cuerpo y la relación que creamos con el otro, un estado de vulnerabilidad y fortaleza en la honestidad del contacto. Sin embargo, los abrazos con Robert fueron devastadores, y lo digo en un buen sentido. Abrazar a mi compañero, después abrazarme a mí mismo a través del cuerpo del otro, abrazar mi cuerpo, abrazar a mi madre, abrazar mi vida amorosa, mi vida sexual, mi muerte. Permitir que aparecieran, vivieran y se fueran las emociones que surgieron. Por ello digo que fueron devastadores, porque limpiaron y Robert dijo que se trataba de limpiar el instrumento, nuestro cuerpo; y en nuestro cuerpo habitan nuestras emociones y nuestras historias, nuestra vida.
He allí mi primera muerte durante el proceso. Porque morir es dejar ir.
¿Para qué morir, para qué limpiar el instrumento? Me respondí que la honestidad y la libertad vienen cuando se permite la muerte, cuando se deja ir lo que hay que dejar ir. Entonces mi cuerpo, mi movimiento es libre y honesto. Será que nunca me convenció bailar lo que me decían que tenía que bailar y me he interesado cada vez más en simplemente ser honesta y en disfrutar lo que hago. Que tenga relevancia para mí misma, que no hay un camino que seguir, sino que al moverme hago mi propio camino.
Entonces Robert nos preguntó qué es lo que queremos decir cuando bailamos, cuando estamos en el escenario, cuando permitimos que otros nos miren. Y nos pidió hacer un solo de tres minutos. Al preguntarme qué quería decir yo misma, me di cuenta de que más bien me preguntaba qué pasaba si “no tenía nada qué decir” o si no quería decir nada, ¿qué me pasaría a mí? También recordé lo que me dijeron acerca de la diferencia entre presentar y representar, que presentar es ser uno mismo en ello, es ser uno mismo en lo que sea que estemos siendo en el performance y representar es dejar de ser uno mismo para pretender ser lo otro.
Vi a cada uno, compartiendo lo que es. Teniendo cada uno su camino, sus preguntas, sus respuestas, su cuerpo y su movimiento.
Y todo eso sólo el primer día. Con razón terminé enferma, con dolor de cabeza y estómago. Y es que yo creo que la enfermedad es una manera de dejar ir, de asimilar las experiencias y de resolver lo que vivimos, lo que vivo.
Esperábamos una noche muy fría y, sin embargo, haber compartido la casa nos mantuvo en las condiciones para dormir tranquilamente. Y el desayuno, como la comida y la cena del día anterior, estuvo delicioso y lleno de armonía.
Comenzamos entonces con los calentamientos de Kundalini que nos dio Antonio y las partes del cuerpo y sus funciones que nos dio Majo. Descubrir más conexiones, descubrir mis conexiones, encontrar el sonido y el movimiento.
Continuar con un compañero, permitir que sus manos rodearan nuestro corazón, sentir los ínfimos cambios de peso en nuestro cuerpo, que nos comenzara a mover hasta terminar bailando juntos.
Sin embargo, mi malestar aumentó tanto que tuve que sentarme y aprovechar para observar, para mirar el trabajo desde un sitio diferente. Mi enfermedad me dio la oportunidad de tomar una pausa para continuar. Mientras observaba la danza y cómo se iban construyendo esculturas con los cuerpos, hasta que de pronto se encontraron en una galería, donde las piezas tenían nombre y una explicación.
Después continuar con el centro. Permitir que el otro nos tome entre sus manos y comenzar a movernos lentamente, permitir que nos acompañen en el movimiento y luego permitir que nos lleven en el movimiento.
Conectar el centro con el corazón. Alguna vez me dijeron que la danza a veces también parece un trabajo espiritual. Yo no lo sé de cierto, pero desde que danzo he ido encontrando paz, salud y experiencias que muchas veces no puedo explicar. Quizá no he querido dejar de creer en la magia.
Entonces Majo nos mostró un poco del “movimiento auténtico”. Nos pusimos de frente a nuestro compañero, nos miramos y cuando cualquiera eligiera que necesitaba moverse, cerraba los ojos y permitía que su cuerpo comenzara a hablar. Después volvíamos a estar de frente, volvíamos a mirarnos y la persona con la que trabajamos nos ofrecía un espejo de nuestro movimiento. Sin embargo, también vi cómo nos apropiamos del movimiento del otro y cómo algunas cosas nos resultaban más significativas que otras. Como si nunca pudiéramos separarnos de nosotros mismos.
Después, al cambiar de parejas, mirarnos, permitir que alguno de los dos se moviera, entonces era momento de ofrecer la sombra, como aquello que no vimos en el movimiento del otro. Y fue que aprendí que lo que es invisible sostiene lo que es visible. Pude observar mucho de mí y también de mis compañeros. Ahora creo que cuando somos capaces de observarnos, una parte de nosotros muere, una concepción, una idea anterior se va y aparece una nueva conciencia.
También creo que el movimiento nos sana y haber tenido la oportunidad de trabajar con Laura me hizo más evidente que las lesiones y las enfermedades nos dan oportunidades nuevas. Desde que Robert preguntó si alguien sabía algo de Reiki y que Andrea nos instruyó, hasta que él mismo nos dio otro camino para la sanación.
Desde ahí, Robert nos pidió trabajar una hora en silencio con nuestro compañero en un dueto que durara diez minutos. No hablar, simplemente movernos, dejar que fluyeran las imágenes y las sensaciones sobre la violencia en México. Dejé que vinieran mis experiencias con la violencia, cuándo me había sentido lastimada y me vino la sensación de abandono, el silencio, la indiferencia. Y Laura parecía estar en los mismos sitios, como si nos hubiéramos encontrado sin planearlo, sin citarnos.
Cuando comencé a observar de fuera, me sorprendí de la comunicación que se lograba entre todos, como si hubiera una conexión invisible sosteniendo todo lo que yo veía en el espacio.
Entonces vino el momento de mostrar los duetos, sin haber hablado ni una sola palabra entre nosotros. simplemente permitir que ocurriera. Me di cuenta de que comencé a tener una experiencia distinta al presenciar las escenas. Una noche anterior, me había llamado más la atención la forma de crear y había visto como unos dejaban fluir el movimiento, mientras otros construían una situación. Esta segunda noche comencé a percibir la profundidad de las propuestas, estuve más abierta a recibirlas.
El tercer día, entendí lo que Robert había dicho el primer día acerca de enamorarse de todos y cada uno. El amor me permitió ver más profundamente y abrirme a la muerte, a la transformación.
Esta mañana comenzamos simplemente bailando para después caminar hacia el campo. En el camino con encontramos con un cementerio y el hecho de que Laura nos hubiera pedido guardar silencio en la caminata, como en un estado meditativo, nos permitió conectarnos con lo que nos encontramos.
Yo me encontré con un árbol y comencé a llorar sin ningún motivo y sin embargo eso me llevó después a sentir mucha paz. Comencé a pensar en mis muertes y entonces descubrí que las personas a mi al rededor también han muerto varias veces para mí. Y me permití ir más allá de mi miedo a los gatos cuando comencé a seguir a uno hasta que se sentó junto a mí.
Después fuimos al campo y trabajamos el “movimiento auténtico” con Majo. Nos ofrecimos las sombras con nuestro compañero de dueto y volví a recibir mucho, para conocerme más a mí misma, para estar más abierta al otro.
Una mañana breve, pero muy profunda y llena de experiencias.
Al volver debíamos preparar la última versión del dueto, para presentarla en la noche. Así, nos permitimos ir y venir, estar y no estar, hablar y no hablar. Laura y yo decidimos volver a trabajar en silencio durante una hora, recuperando las imágenes que nos resultaban significativas y encontrando nuevas cosas.
A mí me resulta difícil modificar algo a lo que creo que he llegado, sin embargo, al momento del cierre, dijeron que el dueto había cambiado mucho, entonces me pregunto por qué no lo sentí. Aunque igualmente vi versiones muy distintas de los duetos, pero con sus raíces en la noche anterior.
Pude ver cómo mi experiencia se fue profundizando día con día, hasta que la última noche pude abrirme a conectarme con las piezas desde mí misma y mis experiencias. Y encontré que tengo mi propia manera de conectarme con el mundo. Al aceptarme a mí misma volví a morir.
